Imagina que estás en la playa, contemplando el horizonte y esperando la ola perfecta para surfear. Las olas vienen y van, algunas parecen prometedoras, pero ninguna es exactamente como la habías imaginado. Así que esperas. Pasan las horas y sigues esperando esa ola ideal que nunca llega. Finalmente, el día termina y te das cuenta de que has pasado todo el tiempo esperando en lugar de aprovechar las oportunidades que se presentaron.Esta analogía ilustra cómo muchas personas viven sus vidas. Tienen grandes sueños y metas, pero están constantemente esperando el momento perfecto para actuar. Quizás piensan que necesitan más experiencia, más dinero, más tiempo o más apoyo. Pero la realidad es que el momento perfecto rara vez llega. La perfección es una ilusión y esperar por ella solo conduce a la inacción y a la frustración.