A fines de los setenta y durante los ochenta, las luchas democráticas y los fracasos económicos de los regímenes militares impulsaron el retorno al régimen constitucional en América Latina. En Nicaragua, el Frente Sandinista derrocó al dictador Somoza en 1979, instaurando un gobierno revolucionario. En Panamá, tras la muerte de Omar Torrijos, se volvió al régimen de derecho. En Haití, la dictadura de los Duvalier cayó en los ochenta, aunque el país permaneció inestable.En los países andinos, Ecuador adoptó una nueva constitución en 1979 y Perú volvió al gobierno civil. Bolivia experimentó golpes dictatoriales, y Colombia mantuvo un régimen constitucional, pero con conflictos armados. Venezuela tuvo estabilidad debido al auge petrolero.En 1980 la dictadura uruguaya fue derrotada en un plebiscito, retornando al régimen constitucional. En Argentina, la dictadura militar, enfrentando una fuerte impopularidad y tras la derrota en la Guerra de las Malvinas en 1982, cayó y se restableció la democracia. En Chile, Pinochet fue derrotado en un plebiscito en 1988, aunque la Constitución de la dictadura limitó la democracia por años. En Brasil, los militares comenzaron una transición paulatina hacia el régimen de derecho en los ochenta. La última dictadura en caer fue la de Stroessner en Paraguay en 1989.A pesar del retorno a regímenes constitucionales, muchas naciones no lograron democracias plenas. Las Fuerzas Armadas mantuvieron influencia, creando democracias dirigidas. Además, las políticas neoliberales fueron profundizadas, y en muchos casos, los agentes de las dictaduras no fueron sancionados.