Carlos era un hombre común que trabajaba en una oficina y llevaba una vida bastante rutinaria. Su mayor emoción diaria era el café que tomaba por la mañana y los memes que compartía con sus amigos. Pero todo cambió una mañana, cuando decidió visitar a un nuevo médico en línea, recomendado por un colega. Este médico no era un ser humano cualquiera, sino un avanzado sistema de inteligencia artificial llamado Dr. A.I.Carlos, con un leve escepticismo, se registró en la plataforma y programó una cita. Cuando entró en la consulta virtual, fue recibido por una interfaz holográfica que parecía una versión moderna de un médico tradicional, pero con un toque futurista.—¡Buenos días, Carlos! —dijo el Dr. A.I. con una voz amistosa y un brillo en los ojos holográficos—. ¿En qué puedo ayudarte hoy?Carlos explicó que había estado sintiendo dolor en la espalda y un ligero mareo. El Dr. A.I. comenzó a hacer preguntas precisas, recopilar información sobre su estilo de vida y hasta realizar un análisis de voz para detectar signos de estrés.Mientras el Dr. A.I. procesaba la información, Carlos miraba curioso el código de colores que parpadeaba en la pantalla, como si fuera una máquina de arcade del futuro.—¡He encontrado el problema! —anunció el Dr. A.I. de manera dramática—. ¡Parece que tus síntomas no son tan preocupantes como pensabas! Tienes una ligera tensión muscular por pasar demasiado tiempo sentado.