.:Había una vez un famoso científico llamado Dr. Lumen. Era conocido en todo el mundo por sus contribuciones a la ciencia y la tecnología. Pero a pesar de su éxito y fama, siempre se sentía vacío por dentro. No importaba cuántas medallas o premios ganara, nunca parecía estar satisfecho.Un día, mientras paseaba por un parque, se encontró con un anciano. Este anciano no tenía nada materialmente hablando, vivía de lo que la naturaleza le proporcionaba y parecía muy contento. Intrigado, el Dr. Lumen inició una conversación con él y le preguntó cómo podía ser tan feliz sin tener nada.El anciano sonrió y respondió: Tengo algo que no se puede comprar con dinero ni se puede obtener con premios. Tengo mi alma. Mi alma está llena de amor, gratitud y paz. No necesito nada más para ser feliz.El Dr. Lumen quedó impresionado con las palabras del anciano y comenzó a reflexionar sobre su propia vida. Se dio cuenta de que, a pesar de todas sus posesiones y logros, había descuidado su alma. No había tenido tiempo para amar, para agradecer o para encontrar la paz interior.Desde aquel día, el Dr. Lumen cambió su enfoque de la ciencia y la tecnología a la exploración del alma. Se dedicó a aprender más sobre el amor, la gratitud y la paz. Y con el tiempo, encontró la felicidad que había estado buscando.